La transformación digital en el sector debe partir de la premisa de que se trata de entender el valor de la disponibilidad de datos, de tecnología y conectividad, de manera que se pueda ofrecer mejor servicio y experiencia a los usuarios de la ingeniería civil, es decir, de la ingeniería de los ciudadanos. Las organizaciones podrían avanzar en el camino de la transformación digital una hoja de ruta que podría contar con algunos de estos puntos;
- Reconocer los datos como un activo de las organizaciones al que se le ha de extraer valor. Los datos no son únicamente un input para los procesos sino un activo al que se le ha de poner a trabajar para generar valor para el ciudadano y la organización.
- Reconocer que la transformación digital a impactar positiva o negativamente en las organizaciones. Es decir, la transformación digital de la sociedad puede trabajar a favor o en contra de las organizaciones. El transporte por taxi se ha visto amenazado por Uber, pero mañana podría emerger alguna compañía con un modelos de negocio disruptivos para medio ambiente o mantenimiento de infraestructuras y cuestionar modelos actuales.
- Reconocer que los puntos de contacto con el cliente y con la ciudad pueden generar nuevos negocios o servicios a partir de la ingente información disponible. La tecnología no es sólo para comunicación o reducción de costes, puede generar nuevos servicios en el sector, a partir de la gestión inteligente de los datos. En el ámbito de internet de las cosas, el sector de la ingeniería civil está tremendamente facultado para liderar el cambio. Los viales, el mobiliario urbano, las conducciones, el tráfico,…Todos estos elementos están diseñados, operados y gobernados por el sector de la ingeniería civil, que podría aprovechar este momento.
- Identificar Director de Transformación Digital o CDO (Chief Digital Officer). A menudo se piensa que la transformación digital es el reino de la tecnología. No es así. La transformación digital debe estar liderada por aquellos directivos con visión de las necesidades de los ciudadanos. Este es un ejecutivo de negocio, no es un tecnólogo, con visión amplia y experiencia en transformación. No es un Comunity Manager, no es un desarrollador, es un ingeniero capaz de ofrecer nuevos servicios y experiencias a los ciudadanos.
- Establecer una Estrategia de Transformación Digital. Cada empresa u organización puede tener un modelo distinto de enfocar una estrategia de transformación digital. Puede ser interna, cooperativa, externa, asociativa, pero es importante que sea adaptada a las características de cada corporación. Esta estrategia debe ser visible en toda la organización. A veces, lo más importante es que las personas que habitualmente están en contacto con los ciudadanos participen en el establecimiento de estrategias y proyectos digitales. No sirve contratar a una consultora y que haga el trabajo.
- Creación de un equipo legal (anonimización para uso con respeto a la ley), comercial y tecnológico. Estamos siempre hablando de que la transformación digital es una tarea de toda la organización, no de un departamento concreto. No sirve crear un departamento o un negociado de transformación digital. Es una tarea de equipo. La parte legal es absolutamente imprescindible, pero la parte comercial es la más interesante. Hay que identificar los proyectos con valor apreciable por clientes y usuarios. El equipo tecnológico aportará las herramientas.
- Elaboración de un mapa de datos, actuales o potenciales con miras a creación de nuevos productos y procesos e identificación de datos de terceros. Esta fase es coherente con el reconocimiento de los datos como un activo. Al ser considerados un activo, debemos como no, inventariarlos, clasificarlos y estructurarlos. También hay que identificar los potenciales datos que pueden ser adquiridos para complementar los existentes.
- Establecer un modelo de gestión y explotación de esos activos para transformar los datos en negocio. El modelo poder ser distinto para cada corporación. Puede ser que ciertas organizaciones puedan vender los datos, otras explotarlos para ofrecer valor al cliente, otras generar proyectos cooperativos y otras obtener datos externos para mejorar los procesos.
- Identificar a diferentes socios potenciales (pueden ser compañías tecnológicas, pero también de salud, transporte, administraciones,..). Hay que abrir un poco el espectro de los potenciales socios. A veces un modelo de crecimiento de las empresas del sector de la ingeniería civil es adquirir empresas competidoras, subcontratistas o auxiliares del sector. Las administraciones confían los proyectos de transporte a empresas de ingeniería civil o constructoras. Tal vez hay que mirar también a empresas tecnológicas –como vimos en el caso de Bla Bla car‐, pero también a empresas u organizaciones del mundo de la salud, de los seguros, o logísticas, como socios potenciales para desarrollar proyectos digitales.
- Generación, selección, evaluación y priorización de proyectos. En función del modelo de cada organización es necesario una rigurosa elección de los proyectos de transformación digital a acometer, en función ‐como todo en todo proyecto‐ de la factibilidad, los beneficios potencias y los costes previsibles.
- Selección del modelo de financiación. El modelo de financiación pude ser muy diverso. La transformación digital no tiene por qué ser cara. Comparada con otros activos físicos; maquinaria, edificios, plantas de fabricación… los activos digitales no tienen que ser onerosos. Como ya hemos señalado se puede intentar acceder a las vías de financiación pública y privada especializada, además de acudir a recursos propios. Una modalidad interesante podría ser también crear empresas filiales con activos digitales a las que puedan acudir socios con capital o tecnología.
- Medición de Resultados y rendición de cuentas. Como en todo proyecto, la medición de resultados y la rendición de cuentas es totalmente imprescindible.
J. Tomás Gómez, Congreso Internacional de Ingeniería Civil, 2016